A M A N T E S I
Se encontraron
Se encontraron
Se
conocieron
En
un micro...
Ella:
Madura
Esbelta
Atractiva.
El:
Delgado
Elegante
De
rostro expresivo.
De
inmediato se gustaron.
Coincidieron
En
casi todo
Cuanto hablaron.
Compartieron
Largas horas
En
distintos sitios.
Ambos
Se
sintieron
Recorridos
Por corrientes
Que vibraban
al unísono.
Unieron sus
cuerpos
Se
nutrieron del amor
libre
Y... felices,
Retornaron a sus vidas
Creyendo
Que los
dos olvidarían...
El tiempo
Les dijo
lo contrario
Y se buscaron
Con desesperación
en las miradas
Se
llamaron
Con sus
mentes enfebrecidas...
No
lograron encontrarse.
Sus mundos
Separaron sus
caminos.
...Se recordaron
Siempre
Como amantes
Que lograron
entregarse
Sin condiciones
A su dicha.
A
M A N
T E S II
Los amantes
Se
miraban
En
los espejos
Azules y
acaramelados
De
sus ojos
Y
sus mentes,
Ajenas al
instante
Supremo de
la entrega
Volaban por
los caminos
Casi olvidados
del pasado
Por los
amores primeros
Por los
recuerdos...
Él pensaba
En las manos de Susana
-la amiga de la infancia-
Cada vez que recorría
Con sus dedos, pausados,
Aquellas que reposaban
En las suyas.
Ella, se veía a sí misma
Siendo joven...
Esperando con
ansiedad
Una caricia,
Un
beso furtivo,
De
aquel novio
Del que estuvo
enamorada
Como nunca...
El
sentía
La tibieza del brazo
De María –su novia
tan querida-
Al
tocar con sus
palmas
La
suave y firme
piel
Que le
ofrecían...
Y
Ella
Se
sumergía
En
la hondura
De las emociones
vividas
Cuando Juan
-su amor
imposible-
La rozaba
Como al
descuido
En el cine.
Él
se abismaba
En
pensamientos confusos
Al
escuchar la voz de
Cristina
-su compañera
de estudios-
Cada vez
Que le
hablaba
La
mujer que tenía
A
muy poca distancia
Y, sin embargo,
Tan lejos de sí mismo...
Ella
En cambio,
Se inhibía
-como si
fuera la colegiala
soñando con su profesor preferido-
Cuando Él
intentaba
Llegar con
sus palabras
A
su intimidad más
guardada,
A sus sueños
escondidos.
Y
así
Los dos
se tocaban
Se
penetraban con las pupilas;
Pero
Sus mundos
de imágenes,
De
imágenes
Que en
la realidad cotidiana
Ya
no existían,
Se
acercaban...
Se
entremezclaban...
Con su
presente inmediato
De
miradas apasionadas,
De sensaciones contenidas...
¡Que no les
dejaban
Compenetrarse!
¡No les
permitían
Vibrar al
unísono!
A
M A N
T E S I
I I
Una escusa
Sirvió para
distanciarlos.
Un viaje
─ “por razones
de trabajo” ─dijo Él,
Y partió
Sin más
aviso.
...No regresó
Ni
a la ciudad.
Ni
a su querida.
Lentas gotas
De
soledad
Resbalaron
Por un tiempo
Por las mejillas de Cecilia.
Acudía
Cada tarde
A
los lugares
Que juntos
visitaron
A
los sitios
Donde se
amaron;
Tomados de la mano,
Mirándose en silencio
Hurtándose los cuerpos
De
la llama que los
consumía.
-La plaza.
-Los cines.
-La casa
de Juan Pablo.
-El Teatro
Argentino.
Esperaba
En
vano una llamada.
Una carta.
Una noticia.
Escuchaba
Con atención
la radio.
Leía con
desesperación
Los diarios
de la Capital,
Los avisos...
─ Él era
profesional
y
tal vez
apareciera su
nombre
algún día ─se decía.
...Mas, el
tiempo pasaba
Y la vida
Seguía su
ritmo...
Cecilia conoció
a Carlos.
- un hombre
que supo amarla
sin temor
a
las consecuencias -
Comprendió entonces
Que aquel
amor
-“amor de
fantasía”-
Había quedado
Enterrado en
el pasado.
Definitivamente guardado
En
el cofre del
olvido.
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